Energía fotovoltaica
La energía solar fotovoltaica es una energía renovable, inagotable y no contaminante.
Se basa en la transformación de la energía lumínica proveniente del sol, en energía eléctrica. Es el llamado efecto fotoeléctrico:
Las células fotovoltaicas de los paneles, placas o módulos, transforman la radiación solar en electricidad de corriente continua. Un aparato, el inversor, será el encargado de convertir la corriente continua (CC) en corriente alterna (CA), utilizado por los aparatos de consumo o electrodomésticos.
Aunque se produce más electricidad los días de sol, también se produce / sigue produciendo cuando hay nubes o llueve.
Tipo de instalaciones
Instalación fotovoltaica aislada
Estas instalaciones suministran energía a lugares donde no hay suministro de ninguna compañía eléctrica, ya sea por encontrarse alejados de la red eléctrica o por decisión del propietario / a. Una instalación aislada o autónoma puede producir toda la energía que se necesite, almacenando energía en baterías de litio o también puede ayudarse de otros sistemas, como un grupo electrógeno.
Instalación fotovoltaica con conexión a la red eléctrica
En este tipo de instalaciones se consume una combinación de la energía que producen las placas y, si es necesario, energía eléctrica proveniente de la red. La instalación se programa de tal manera que los aparatos eléctricos utilizarán preferentemente la energía que producen las placas solares. Si hay algún momento del día en que esta energía no sea suficiente (ya sea para que se utilicen muchos aparatos en el mismo momento o durante las horas nocturnas), el sistema automáticamente «estirará» energía de la compañía eléctrica
Instalación fotovoltaica de uso compartido
Ahora, con la aprobación del RDL 15/2018, por las medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, también se pueden hacer instalaciones en edificios con más de una vivienda (sólo viviendas o también en caso de empresas) y compartir la energía generada.